"Una nube blanca existe aunque no tenga raíz. No tiene a donde ir y, sin embargo, se mueve en muchas direcciones; no sigue un camino propio, sólo se deja arrastrar por el viento. Un camino lleva a algún lugar, el camino de las nubes blancas es un camino sin camino, significa moverse sin un propósito fijo. Una nube blanca no tiene a donde llegar, no cumple ningún destino, por lo tanto las nubes blancas no fracasan porque su meta está en cualquier lugar. Una nube blanca es arrastrada hacia donde el viento la lleve, no opone resistencia, no lucha. Una nube blanca no es un conquistador y, aún así, se cierne sobre todo. No puedes conquistarla, no puedes vencerla. No posee una mente por conquistar, por eso es que no puedes vencerla. Una vez que te fijas una meta, un propósito, un destino, un objetivo, una vez que has adquirido la malicia de llegar a algún lugar, entonces los problemas surgen. Y serás derrotado, eso es seguro. Tu derrota se encuentra en la esencia misma de la existencia. Una nube blanca no tiene a donde ir. Se mueve, se mueve a todas partes. Todas las dimensiones, todas las trayectorias le pertenecen. Nada es rechazado. Todo es, todo existe en una total aceptación. Si decidimos convertirnos en nubes blancas que se desplacen en el cielo a donde el viento las lleve, descubriremos que en cada lugar al que lleguemos estará la meta, que estará en un solo lugar, "la meta es cada momento" la meta está aquí y ahora. De ahí que a mi camino le llame… El camino de las nubes blancas"- Osho
Sabemos cuándo llegamos pero no cuando nos iremos, y todo lo que ocurra entre un momento y otro va por cuenta nuestra. Suena incierto, ¿Verdad?, tal vez si, tal vez no, todo depende de lo que elijamos.
Un Lama dijo una vez "El tiempo de la vida es corto y la hora de la partida incierta, vive cada instante como si fuera el único”.
¿Por qué entonces se parece tanto "vivir cada instante como si fuera el único" al comportamiento de tantas personas que llevan vidas aceleradas?
Nuestra percepción de la realidad lo es todo, así como elegimos percibir el medio que nos rodea, así será nuestra vida. Sí, es correcto, no importa que la realidad sea otra, si nos hemos convencido absolutamente de algo, esa creencia prevalecerá aun sobre los hechos, o por lo menos en como percibimos sus efectos.
Es por eso que podemos ver a dos personas con condiciones de vida muy parecidas, y a una quejarse mientras la otra disfruta. Las mismas circunstancias, la misma zona residencial, viviendas muy parecidas, ambas profesionales, niveles de ingresos casi iguales, misma condición cultural, social y familiar, y aun así una se queja de "su vida" mientras que la otra la disfruta.
Puede parecer increíble, pero es cierto. Podemos colocar a dos personas en una misma habitación totalmente pintada de blanco y sin ningún tipo de mobiliario, y mientras una notará que hay una minúscula mancha en la pared, la otra disfrutará de la claridad a su alrededor.
Esto se conoce popularmente como las dos caras de una misma moneda. Podemos imaginar que una cara es clara y la otra oscura, una positiva y la otra negativa, una radiante y la otra opaca. Podemos escoger entre tantas posibilidades como podamos imaginar, el detalle esta siempre en como la elegimos mirar.
Si, un detalle tan sencillo como ese es el que define como percibimos la vida, y a consecuencia, lo que obtenemos de ella.
Cuando observamos a los niños con naturalidad, la frase que más frecuentemente se escucha es "Están tan llenos de vida". Y es que simplemente reflejan que están vivos, sus mentes aun no aceptan limitaciones y para ellos cualquier cosa es posible de solo desearlo.
¿Recordemos cuando también éramos así?, ¿Lo recordamos?, fijémonos que la pregunta dice "era", en pasado. Si respondimos afirmativamente es señal de que nuestra calidad de vida probablemente podría beneficiarse de un cambio.
De otra manera no necesitaría recordar porque lo vive. Podemos crecer físicamente, pero mantenernos eternamente niños, conectados con la vida.
Básicamente podríamos decir que hay dos maneras de asumir la vida (así como las dos caras de la moneda), una es esperando que las cosas sucedan para entonces reaccionar ante ellas, mientras que la otra es creando lo que deseamos en nuestras vidas mediante nuestra voluntad consciente al emplear nuestro poder.
Por lo general quien espera para reaccionar se siente "víctima de las circunstancias", mientras que quien es proactivo, quien decide y crea su vida como la desea se siente poderoso.
Si, poderoso, pero es un poder muy especial, que contrario a otros tipos de poder hace a quien lo posee humilde, pues se da cuenta que es artífice de su propio destino, asume la responsabilidad de crear la vida que se merece, y agradece y aprovecha la oportunidad de ayudar a cuantos se encuentren a su paso.
Parece grande, ¿Verdad?, y por supuesto que lo es, es la grandeza del ser interior, esa que todos llevamos dentro y es nuestra por derecho de nacimiento.
Y, si es nuestro derecho de nacimiento, y todos lo llevamos dentro, ¿Por qué no todos lo empleamos?. Sencillo, para hacer uso de ese poder hay que decidir hacerlo.
Pocas cosas facilitan tomar una decisión más que quererlo. Cuando se quiere algo nos involucramos más profundamente en esa situación, y por lo tanto en nuestras vidas, al hacerlo estamos participando en el desenlace que tendrán esas situaciones.
Cuando queremos algo entran en juego factores emocionales y sentimientos, que normalmente permanecen al margen cuando simplemente analizamos una situación intelectualmente y llegamos a la conclusión de que nos resultaría favorable.
Al ponerle corazón nos conectamos, con la vida, la sentimos, y percibimos todo de una manera tan diferente a como lo hacíamos antes, que todo resulta realmente fácil de lograr.
Si fácil, sencillo, ¿Cuánto?, mucho más de lo que se imagina, al conectarnos con la vida entramos en su corriente de flujo, y al actuar en armonía con las leyes del Universo, lograr lo que deseamos se convierte en el desenlace natural de nuestras acciones.
Pero eso si, es importante dejar atrás el esfuerzo, este pertenece a la lucha y al sufrimiento, y la vida se trata de disfrutar.
Una vez dirigida nuestra percepción correctamente hacia la abundancia de vida (no material) que nos provee el Universo, y habiendo elegido ejercer nuestro poder para volvernos artífices de nuestras vidas, y moldearlas para adaptarse a los más altos ideales, se trata simplemente de decir Yo Quiero.
Y empezar a entender que la vida fluye en función de todo aquello que va grabado en ti, tus gustos, tus deseos, tus anhelos. Ni la vida,ni el Universo desean tu sufrimiento sólo desean que aprendas para que vayas por el camino que debe ser.
An Medina