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An Medina

Culpa... Ni tuya, ni mía



"No hay problema tan malo que un poco de culpa no pueda empeorar"- Bill Watterson

A lo largo de nuestra vida todos y cada uno de nosotros hemos sentido culpa o quizás hemos culpado a alguien de nuestros resultados.

Sin embargo, a lo largo del tiempo nos damos cuenta que la culpa nos va comiendo por dentro, cambia nuestro estado de ánimo, nos hace sentir víctima del otro o de nosotros mismos.

Y es que aún no nos damos cuenta que la culpa no es nuestra, no es del otro ni de alguien más, lo que sucedió es simplemente parte de la vida, de aquello que debes superar, de aquello que debes sanar, de aquello que debes transformar.

Debemos tener en cuenta que guardar por mucho tiempo un sentimiento de culpa hacia ti o hacia otro va a terminar destruyéndote a ti mismo. Quizá debiste deshacerte de este sentimiento hace mucho tiempo pero no lo hiciste y poco a poco se ha ido enraizando dentro de ti, al punto que ya aprendiste a convivir con él… Hasta piensas que es demasiado profundo el hoyo en el que estás condenado.

La culpa te bloquea el ser libre, te paraliza para desarrollarte y ya no eres tú mismo. Es una angustia tan grande que abruma y pesa como un costal de piedras sobre tus hombros y te convierte en tu propio verdugo…. Eres el fuerte autor del reproche contra ti mismo o contra alguien más y obviamente, eso es demasiado difícil de soportar. La culpa te ciega la visión porque te atormenta mirar al pasado y te impide soñar con un futuro de éxito. Es como un rayo paralizador que te detiene y te estanca en ese lugar del cual no puedes salir. ¿Hasta cuándo vas a atormentarte con él y si hubiera? ¿Por qué no hice las cosas diferentes?

Lo principal es que lo que te sucedió debe enseñarte que no fue tu responsabilidad, muchas cosas más se unieron para que ese fuera el resultado. No es que todo lo malo que sucede es por tu culpa y tampoco se trata del castigo de lo que hiciste en el pasado…

Si tú eres de los que se auto condenan con pensamientos como: "Tú NO"... Es decir, eres de los que se descalifica antes de tiempo, "Tú no debes tenerlo"... Porque simplemente no te lo mereces, "No naciste para ser feliz. Eso déjaselo a otros" o "Seguro volví a meter la pata y todo esto es por mi culpa"… Y una lista de pensamientos interminable…

Si este es tu caso por favor sé un poco más amable contigo mismo y permítete que desaparezca la culpa:

¿Cómo puede disminuir o desaparecer la culpa?

Cuando logro perdonarme a mí todas esas cosas que pienso, cuando me perdono por mis errores, cuando dejo de acusarme por lo sucedido, por lo que aguanté, por lo que no vi, por lo que hice, por lo que deje de hacer…

Lo principal que debemos entender es que nuestra vida sigue y si todo eso nos salió mal es porque cambiaremos el rumbo y ese nuevo camino estará mejor para nosotros.

“La gente está siempre culpando a sus circunstancias por lo que son. Yo no creo en las circunstancias. La gente que progresa en éste mundo es la gente que se levanta y busca las circunstancias que quiere, y, si no puede encontrarlas, las hace”-George Bernard Shaw.

Y también nos pasa lo contrario no nos culpamos a nosotros si no que culpamos a alguien más…

Encontrar a alguien a quien culpar suele darnos la sensación de que se ha resuelto el problema, cuando no hemos comprendido realmente su causa y su efecto. Pero culpando a otro quedamos fuera de juego, a merced de lo que pueda pasar, sin capacidad ninguna para manejarnos.

Se necesita ser una gran persona para aceptar e interiorizar la propia responsabilidad sobre lo que ocurre. No se trata de cargar con toda la culpa cuando hay responsables, sino de ser capaz de aceptar la responsabilidad cuando realmente corresponde.

Si todo es culpa de alguien más, entonces,

¿Qué parte puedo jugar en mi propia vida?,

¿Mis acciones permanecerán sin consecuencias?,

¿Soy tan impotente?

Saber que podemos aceptar nuestra responsabilidad cuando las cosas van mal también significa que podemos aceptar la responsabilidad cuando las cosas van bien.

Tenemos que desarrollar la capacidad de ser lo suficientemente objetivos sobre nosotros mismos como para ser capaces de evitar asumir que probablemente nunca podríamos habernos creado problemas. También tenemos que distinguir entre aceptar la responsabilidad y sancionarnos a nosotros mismos indebidamente.

Si algo no funciona, es fácil ser creativo y encontrar alguna razón para culpar a otra persona. Hay que aprender a relajarse y superar esa necesidad de buscar responsabilidades como primer objetivo, tolerar la incertidumbre temporal de no saber hasta obtener una perspectiva más amplia de las cosas. Hay que tomarse tiempo. Encontrar un culpable no soluciona nada.

Simplemente es entender la naturaleza de las cosas, encontrar el perdón y por supuesto la aceptación de lo que nos sucede porque sólo así podremos armar el nuevo camino de la mejor manera posible para nosotros.

An Medina

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