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An Medina

Amarme a mi...



A lo largo de nuestra vida, la seguridad, el valor, el respeto y la satisfacción por uno mismo es lo que nos va formando como personas, forma parte de nuestro carácter, nuestra personalidad, nuestro trato con nosotros mismos… Pero, lo que sucede es que a través del tiempo nos toca afrontar situaciones que nos van alejando de nosotros mismos y que van mermando de a poco lo que denominamos amor propio.

El amor propio o autoestima, nada tiene que ver con sobrevalorarte o creerte más o mejor que cualquier otra persona… El amor propio tiene que ver con la convivencia y satisfacción contigo mismo, con tus debilidades y con tus virtudes es como el equilibrio que todos buscamos pero que pocos logramos alcanzar.

El amor propio te permite ser verdadero ya que no volverás a traicionar tu esencia para agradar a los demás, no volverás hacer lo que se espera de ti, simplemente harás lo que te haga sentir bien interiormente, lo que te haga feliz.

Pero, ¿Cómo es posible lograr esto?

Y es que pasa que desarrollar el amor hacia uno mismo es un proceso doloroso porque nos hace encontrarnos con nuestra soledad interior, con todo aquello que no nos gusta de nosotros mismos y con el abandono en que nos hemos tenido. Después debemos derribar todos los conceptos erróneos de que el amor propio es malo o de egoístas y soportar la mirada crítica del resto… de ahí en adelante todo resulta más fácil porque entre aprender a amarnos y brindarnos toda la atención necesaria vamos reconstruyéndonos y fortaleciendo ese ser que somos en realidad.

Una de las mayores causantes de la disminución del amor hacia ti mismo son las relaciones de pareja, ya que cuando estamos en ellas cometemos el error garrafal de dejarnos de lado.

“Si no eres bueno en amarte a ti mismo, se te hará difícil el amar a alguien, ya que te molestará el tiempo y la energía que le das a otra persona, que ni siquiera te has podido dar a ti.”-Bárbara De Angelis

Si tú te conoces perfectamente, te quieres a ti mismo, te aceptas y te valoras, eso significa que a la hora de “enamorarte” y compartir tu vida con otra persona vas a ser menos vulnerable, más seguro de ti mismo, y vas a rechazar cualquier tipo de abuso o maltrato por parte de la otra persona. Además, si tu autoestima está bien, significa que vas a expresarte tal y como eres, sin miedos, y darte a conocer verdaderamente. Esto viene siendo más o menos lo que entiendo por amor propio.

Creo que hasta aquí la teoría no tiene ningún problema. Todo es genial si ya has alcanzado la etapa o el estado de amor propio. Entonces el mundo, de alguna forma te “da permiso para enamorarte de otra persona, para amar”, ya que, idealmente, es la forma más sana de hacerlo. Pero el problema es que también y como dice la frase más trillada en cuanto a este tema: Que si no te amas a ti mismo, no puedes amar a nadie más.

Y aquí llega mi pregunta: ¿es eso completamente cierto?

Es obvio que el concepto de amor propio y autoestima son beneficiosos para uno mismo. Es cierto que una relación idealmente sana es aquella formada por dos personas que se quieren a sí mismas y entre sí. Pero la realidad se nos va un poco de las manos cuando nos ponemos a mirar a nuestro alrededor.

¿Cuántas personas no habrá por el mundo con problemas de autoestima, inseguridad, miedos y falta de amor propio?

No estoy hablando de ninguna rareza, es algo mucho más común de lo que la imagen de perfección que cada individuo trata de mostrar sobre si mismo nos intenta hacer creer.

¿Por qué le estamos negando el hecho de enamorarse de otra persona a alguien a quien le falta amor propio? ¿Acaso enamorarse es algo que une puede evitar? “Me encanta esa persona, pero no voy a enamorarme ni comenzar una relación porque aún no me quiero a mi mismo lo suficiente”. Quizás ese pensamiento sería ideal, pero no es realista.

Todos nos queremos a nosotros mismos en mayor o menor medida. Todos nos conocemos aunque sea un poquito, y somos conscientes de algunos de nuestros miedos e inseguridades. Por supuesto que no me olvido de casos en los que la autoestima está tan baja, o cuando se mezclan algunos otros problemas sociales o de salud mental, en los que sí es peligroso comenzar una relación con otra persona, porque las autodefensas están tan bajas que la persona no es capaz de protegerse ni un poquito. Pero eso sería hablar de un extremo.

Fuera del extremo, nadie fue siempre perfecto. Todos somos una mezcla más o menos equilibrada de preguntas, respuestas, inseguridades y certezas sobre nosotros mismos. Sería genial que trabajásemos en conocernos y querernos más cada día, aceptarnos a nosotros mismos y defendernos de lo que no nos beneficia, estemos con o sin compañía.

Pero en mi opinión, ese entrenamiento personal de nuestro amor propio no es excluyente del amor hacia otra persona. A veces incluso es compatible con el enamorarse de alguien: de alguien que te ayuda a conocerte a ti mismo, que te señala algunas de tus virtudes y tus defectos para que puedas aceptarte a ti mismo, que te ayuda a observarte desde fuera. Alguien que te anime a trabajar en ese proceso de enamorarte de ti mismo porque desde su óptica eres una fruta adorable dentro de este frutero gigante.

No siempre tiene que ser así. A veces ocurre al revés, y resulta que cuando te desenamoras o rompes una relación con alguien, de repente encuentras la ocasión perfecta para tener una cita medio a ciegas contigo mismo y enamorarte de ti, con todo lo positivo que esto conlleva. Otras veces el amor propio llega sin estar relacionado de ninguna manera con ninguna otra persona, llega porque has avanzado en el proceso de autoconocimiento y aceptación, porque has crecido, madurado y has tenido la capacidad de verte a ti mismo tal como eres.

Creo que reconocer que aún nos queda camino por delante para aprender sobre nosotros mismos, y ser conscientes de nuestros miedos, inseguridades y virtudes es el primer paso para ascender en el camino del amor propio. Y pienso que este camino puede hacerse sin compañía, pues no necesitamos a nadie más, pero eso no quita la posibilidad de que a lo mejor te encuentres a otra persona que te cae muy bien y decidas caminar juntos hacia el auto-amor y hacia el amor a los demás.

Lo importante es aprender a conocernos a nosotros mismos, aceptarnos y si algo no nos gusta simplemente trabajar en ser mejor, porque siempre que dependa de nosotros si se puede lograr.

Espero que este post te ayude a entender que nadie es perfecto, que los juicios que tienes acerca de ti son sólo ideas tuyas y que si no te gustan tanto sea lo que sea siempre vas a poder mejorarlo y entonces encontrarás la plenitud y la felicidad.

An Medina

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